REDACCIÓN / NOSOTROS MX
Documentos de actores y organizaciones sociales protagonistas de los movimientos sociales en México, como archivos del Comité Eureka, de Raúl Álvárez Garín sobre el Movimiento del 68, el correspondiente a Sergio Méndez Arceo y la teología de la liberación, la reforma agraria en Guatemala en los años 50 y el Plan Cóndor, serán difundidos por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
Luego de la firma de un convenio entre dicha casa de estudios y la Coordinación de Memoria Histórica y Cultural de México de la Oficina de la Presidencia de la República, los archivos bajo resguardo del Centro Académico de la Memoria de Nuestra América (Camena) estarán a disposición del público a través de Memórica. México, haz memoria.
La UACM catalogará y digitalizará los materiales que podrán ser vistos por los usuarios que accedan a la plataforma.
En la Capilla de la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México, Eduardo Villegas Megías, coordinador de Memoria Histórica y Cultural de México; la doctora Tania Hogla Rodríguez Mora, rectora de la UACM; Gabriela Pulido Llano, directora general de Memoria Histórica y Cultural de México; Beatriz Torres Abelaira, responsable del Camena, y Silvia Paulina Jaime, abogada general de la UACM, firmaron el convenio respectivo.
A decir de Pulido Llano, se trata de contar los vínculos y la historia de Latinoamérica desde México a través de un acervo único y reconocido por pares en América Latina. Desde 2005, cuando la UACM recibió el archivo de Gregorio y Martha Selser, «no se ha dejado de trabajar un solo día sin plantear paradigmas para la archivística latinoamericana».
El objetivo es «visibilizar la historia de los movimientos sociales en México y América Latina», dijo.
En tanto que Beatriz Torres, del Camena, agradeció al proyecto Memoria Histórica y Cultural de México haber visto a la UACM, tras de que desde su creación los habían visto «de reojo, pero nunca de frente», y Memoria Histórica los miró de frente, «nos valora y considera que el trabajo del Centro debe estar en el proyecto de Memórica».
Resaltó que el 90 por ciento de los fondos que resguarda Camena ha sido donado, y con ello han construido una biblioteca especializada de más de 17 mil volúmenes, «donaciones puras y duras, aquí no hay dispendio de dinero», resaltó.
Dijo que el Centro también cuenta con «el gran archivo de las familias y de las madres, de las violaciones a los derechos humanos, en donde todavía no hay un solo juicio».
«No aceptamos ningún tipo de edición al material que tenemos, y esa es una condición contenida en este convenio».
En su intervención, la rectora Tania Hogla Rodríguez Mora agradeció por hacer del proyecto Memórica un espacio de encuentro y coincidencias. También destacó su importancia, pues permite mirar al pasado como sociedad.
Planteó el derecho a saber qué pasó para recuperar la memoria a través de voces y documentos que contienen «emociones, vidas y fragmentos de un pasado que deben ser resguardados», lo cual, precisó, es una tarea de las universidades porque dicha labor necesita, sobre todo, confianza. «La confianza que han tenido las personas en compartir sus memorias y recuerdos. Para eso sirve la autonomía universitaria, para resguardar las memorias, para cuidarlas».
Advirtió que los archivos que resguarda Camena y que difundirá Memórica son historias de pérdidas; «de hijos que perdieron a sus padres y que los buscan, de luchas a contracorriente, por decir lo menos, son las voces de víctimas, voces de luchas perdidas».
La memoria, dijo, no es nostálgica. «No estamos añorando lo que fue y lo que no fue. Estamos recuperando esas historias para seguir viviendo y seguir pensando. Nos interesa pensar para hacer, asumimos una posición crítica frente al orden dado, como un compromiso de conocimiento».
Eduardo Villegas Megías, coordinador de Memoria Histórica y Cultural de México, señaló que el signado con la UACM es el vigésimo cuarto convenio que Memórica firma, y el cuarto con una universidad. Felicitó a la UACM por el trabajo hormiga que implica la clasificación, cuidado, preservación y puesta al servicio de todos, de esos documentos que ahora podemos leer, no importa en dónde estemos.