Valeria Moy/ El Financiero
Suena bien. Aprender a aprender. Esta misma semana se presentó el nuevo modelo educativo en el marco de la Reforma Educativa del inicio de esta administración. El modelo es ambicioso. Las metas tienen que ser ambiciosas, pero también tienen que ser alcanzables. En esa posibilidad es donde está el reto de este nuevo modelo.
Hay una perspectiva de género interesante. Ya existe paridad de género en el acceso a la educación, pero en evaluaciones como PISA se advierte un desempeño desigual entre hombres y mujeres, particularmente en lo referente a matemáticas. El nuevo modelo atenderá específicamente a las niñas y mujeres en los campos de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM). También se pretende atender a los jóvenes que no estudian ni trabajan desde una perspectiva de género. Entre los jóvenes de 12 a 29 años, el 18 por ciento se encuentra en esa condición, y de esos, la abrumadora mayoría, 75 por ciento, son mujeres.
La deserción en la transición de niveles educativos es otro problema de nuestro sistema educativo actual, muy identificado en particular en los beneficiarios de PROSPERA. Hay planes y estrategias para evitarlo, las metas son claras. También se pretende la atención a los niños en su primera infancia, etapa fundamental en el desarrollo cognitivo y social de los niños.
El secretario Aurelio Nuño ha dicho que el principal objetivo de este nuevo modelo es cambiar la forma en la que actualmente enseñamos.
Pasar de la memorización a generar las capacidades para que los niños y jóvenes aprendan a aprender. Se pretende que los niños salgan de secundaria hablando inglés y comprendiendo matemáticas. También se incorpora el uso de las tecnologías de la información, finalmente reconociendo que son fundamentales para poder competir en un entorno cada vez más complejo y global. Será la única forma de desarrollar talento y de permitir la asimilación de los cambios tecnológicos.
En el plan presentado se establecen metas claras y el cronograma para su cumplimiento. Se sabe que hay que mejorar la infraestructura de 33 mil escuelas y se planea completarlo a más tardar en diciembre de 2018. Así para cada uno de los múltiples objetivos, con lo que se podrá evaluar su implementación.
Son los primeros pasos de un maratón. Tendríamos que haberlos dado hace décadas, pero más vale empezar en algún momento. Me preocupan los detalles. Para lograr un plan así de ambicioso es necesario tener a los maestros completamente a bordo de la estrategia.
El modelo considera planes continuos de capacitación y evaluación para lograr este giro radical en los conocimientos de los maestros para que puedan transmitirlo a sus alumnos. Pero lograr la voluntad de cambio será crucial para lograr avances. No será fácil en un sistema educativo que lleva décadas anquilosado.
Si todo se implementa conforme está señalado, será posible ver algunos resultados en el corto plazo, pero el verdadero cambio tomará años, décadas quizás. Es ahí donde la continuidad de la reforma educativa será fundamental. El modelo educativo tiene que blindarse de los cambios de gobierno y de los vaivenes políticos. El cronograma tendría que cumplirse como si fuera un reloj suizo.
Si queremos ver los resultados tendremos que no dar un solo paso atrás en su implementación. Habrá que exigirla y monitorearla. Habrá que defenderla.
En busca de la decencia. Tuve el privilegio de conocerlo, de ver de cerca su honestidad y de apreciar su inteligencia. Pocas personas tan coherentes como él en su pensar, en su decir y en su actuar. Franco y directo, claro para decir las cosas y enfrentar los problemas, incluso los grandes problemas del país. Siempre con humor y con ingenio.
Cariñoso y a veces molestón, pero con la mejor actitud que he visto en alguien. Gran abuelo. Hoy más que nunca se extrañará la decencia de Jesús Silva-Herzog Flores, un gran personaje, pero sobre todo una gran persona.
La autora es profesora de Economía en el ITAM y directora general de México ¿cómo vamos?