María Cabadas/LA RAZÓN
Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) echaron de la escuela primaria Guadalupe Hinojosa de Murat, ubicada en Atzompa, Oaxaca, a Octavio Estrada, el maestro que fue reconocido hace casi un año por el secretario de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño, por impartir clases afuera de la escuela primaria Leona Vicario, durante el pasado paro de labores del magisterio disidente.
“Ya casi tengo tres semanas sin trabajar como maestro y aún sigo esperando a que me asignen una plaza en otra escuela”, manifestó Estrada a La Razón. A principios de este mes el profesor fue designado por el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), como director de ese plantel, pero los centistas no lo dejaron ni siquiera entrar y en su lugar impusieron a Othón Nazariega, miembro del grupo de Los Pozoleros, quien estuvo detenido durante nueve meses por los delitos de robo agravado, contra el consumo y riqueza nacional y daño en propiedad ajena.
“Cuando se enteraron que yo iba a ser el director de la escuela, no me dejaron entrar y a base de insultos prácticamente me corrieron, a pesar de que iba acompañado por una funcionaria del IEEPO”, expresó.
El maestro percibe mensualmente nueve mil pesos, de los cuales le descuentan tres mil por un préstamo que solicitó hace tiempo. Dependen de él su esposa y su hija de 16 años de edad, estudiante de preparatoria.
En mayo de 2016, Nuño conversó con este maestro, para invitarlo a conocer el escritorio desde donde despachó el político, escritor, educador, funcionario público y filósofo mexicano José Vasconcelos.
El encuentro no se ha llevado a cabo, ya que Estrada aseguró que en las dos ocasiones que visitó la SEP, en agosto y en diciembre pasados, el secretario estaba en otras actividades fuera de sus oficinas.
Activo desde hace 30 años, el maestro oaxaqueño expresó que lo único que le interesa en estos momentos es seguir laborando como profesor de primaria.
“Necesito volver a dar clases, porque siempre he trabajado y si no lo hago me siento mal, me enfermo. Soy diabético tipo 2, me inyecto insulina tres veces al día; entonces, estar de ocioso me enferma más”.
Sostuvo que a raíz de que aplicó el examen de desempeño, en noviembre de 2015, integrantes del magisterio disidente “me vieron como el ‘patito feo’ y comenzaron a llamarme traidor, vendido y esquirol.
Las cosas llegaron a tal grado que me sacaron también de la escuela Leona Vicario y los de la (Sección) 22 impusieron a una maestra”.
Expresó que sin recibir la notificación para evaluarse, presentó la prueba para medir sus propios conocimientos.
“Cuando se dio la oportunidad de ingresar al proceso de evaluación, yo acudí por cuenta propia para valorar mi profesión y resulté idóneo”.
A partir de ahí, detalló, comenzaron las agresiones en su contra, a tal grado que primero lo echaron de la escuela Leona Vicario y después de los planteles a los que era designado ya sea como maestro o como director.
Sin embargo, Estrada aseguró que ya no siente temor a las represalias que pudiera sufrir por parte de integrantes de la Coordinadora, porque “ya estoy curtido. Sé que nada ni nadie me va a frenar para que yo siga dando clases o esté como director”.
Cabe recordar, que mientras estuvo en prisión, Nazariega, siguió cobrando en la nómina del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
De acuerdo con lo publicado por La Razón el 9 de mayo de 2016, el docente disidente tenía un salario trimestral de 14 mil 626 pesos, en tanto que en el periodo de 2015 percibió 53 mil 884 pesos.
El pasado 22 de julio, Nazariega Segura obtuvo la libertad bajo caución. El subsecretario de Derechos Humanos de la Segob, Roberto Campa, negó ese mismo día que la liberación del pozolero haya sido consecuencia de algún acuerdo político.