Alejo Sánchez Cano/ El Financiero
Febrero es un mes de significativos contrastes en la vida de la otrora líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales. El viernes pasado, un tribunal federal concedió a la exlíder del SNTE un amparo que le permitirá continuar los procesos legales que afronta desde su domicilio.
Aquí lo interesante será saber a qué regresa a su residencia la maestra, ¿se concentrará en verdad a dar seguimiento a los pendientes que tiene con la justicia o bien revisará los pendientes que tiene en materia política y dedicará la fuerza que le queda para tratar de desestabilizar la vida sindical de los trabajadores de la educación?
El día 6 de febrero fue su cumpleaños y cuando líder del magisterio, las celebraciones tuvieron características de envidiables, interminables e inolvidables. En 2013, febrero 23, la vida de la otrora poderosa dirigente cambió su curso y terminaron sus días de gloria, al ser detenida por la Procuraduría General de la República (PGR), por diversas acusaciones en su contra, entre ellas defraudación fiscal, lavado de dinero y delincuencia organizada.
Cobijada por el principio jurídico pro persona, por su condición de salud y edad, hoy la maestra está a un paso de regresar a su domicilio, ya que ese es un derecho que la ley contempla para las personas en estado de reclusión mayores de 70 años. Al respecto, los abogados de la inculpada han comentado que este hecho marca un precedente para que las personas adultas mayores y con enfermedades crónicas, que enfrentan un proceso penal, obtengan ese beneficio estipulado en la ley y han enfatizado que a su defendida no se le ha acreditado ningún delito.
En ese contexto, aun con las cuantiosas propiedades que de manera pública se le conocieron a la exdirigente sindical; aun con las múltiples acusaciones de sus agremiados por el desvío de sus aportaciones sindicales; aun siendo del conocimiento público la organización de francachelas con recursos de dudosa procedencia; aun con todo ello, nos queda claro que si la maestra regresa a casa sin la sentencia de por lo menos uno de los múltiples delitos de los que se le acusa, es porque pagó muy bien el servicio de abogados.
Se habla de miles de millones de pesos que fueron lavados por la lideresa magisterial, pero hasta ahora las autoridades de la PGR no le han probado nada, y a pesar de los millonarios ingresos que tenía tampoco se le pudo probar el delito de defraudación fiscal. Los abogados han ido ganando amparos tras amparos y el conflicto se sigue ventilando en las ventanillas judiciales.
Es probable que al final del litigio jurídico, los jueces le den la razón a los argumentos de la defensa de la maestra, y, si eso llegara a suceder, desde ahora anticipamos que la percepción pública en este asunto no cambiará, el nombre de Elba Esther Gordillo será siempre recordado como sinónimo de cacique y corrupción, y sus acciones asociadas a actividades propias de la mafia y grupos de la delincuencia organizada.
El juicio para la profesora chiapaneca sigue, es cierto, pero quién en su sano uso de razón piensa que la maestra regresará a casa a ponerse al cuidado de un médico para atender su salud o disfrutar de los nietos, y todo lo que implica la vida familiar; sin duda es una opción, como también lo es que en su rato de libertad le mueva el querer generar turbulencias al interior del SNTE, y en ese propósito, querer desestabilizar la dirigencia que encabeza Juan Díaz o al Partido de Nueva Alianza que comanda Luis Castro.
No hay duda, el regreso a la libertad de Elba Esther, aunque sea en prisión domiciliaria, tiene visos de tormenta para la organización sindical de los trabajadores de la educación y con ello impactaría también el avance de la implementación de la Reforma Educativa. De ese tamaño puede ser el significado del regreso de Gordillo Morales.
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